En las últimas décadas, la improvisación libre se ha convertido en una forma autónoma de práctica musical, libre de todos los tabúes que aún prevalecían en la época del free jazz o de los primeros experimentos de improvisación de la nueva música.
Es una música que se comunica directamente con su público, y se arriesga en el proceso. Una experiencia emocionante en la que los oyentes pueden descubrir nuevos e impresionantes paisajes (sonoros) del presente.
En el Lundi gras, los alumnos de la clase de "Improvisación libre" de Andrea Neumann improvisan en alineaciones cambiantes.
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