Bohren & Der Club Of Gore (DE)

Rutina contra rutina(s). Cuando Bohren llama, ya ha pasado. Puede que hayan pasado dos Campeonatos del Mundo y unos Juegos Olímpicos, pero la aparición de Bohren en escena anuncia una maniobra de flanqueo. Y como perforar es perforar, al menos la mitad de los recursos retóricos habituales pueden tirarse por la ventana. No se trata de recurrir a la repetición cuando todo lo demás falla. En el mundo de Bohren, la cuadratura del círculo se parece más a esto: ¿Qué hace uno cuando su banda ha desarrollado un sonido tan único e inconfundible y el objetivo es mantener ese superlativo sin repetirse? La solución está en la actitud y, por tanto, también en el trabajo: el trabajo de estudio. La perseverancia. Revisión. Atención meticulosa a los detalles. La precisión. Arreglos diligentes. Orquestación experimental con instrumentación limitada. ¿Voces tal vez? ¿Qué tal un cover de Warlock cantado por Mike Patton? Un cambio radical de estilo no está en el plan de juego de Bohren, por suerte, se podría decir. Una cosa está clara, Bohren no podría estar más lejos de la actitud del músico de jazz -llámalo jazz de terror si quieres-. Pero el hecho es que así es como tiene que ser. Por muy melancólicas que parezcan, el modus operandi de Bohren es claramente combativo.


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