Van Gogh tal como se veía a sí mismo.
Autorretrato con grabado japonés, Vincent van Gogh, 1887, Kunstmuseum Basel
Los autorretratos desempeñaron un importante papel en la creación de Van Gogh: recurrir a modelos resultaba difícil y caro, mientras que el propio rostro en el espejo siempre estaba disponible. A lo largo de su vida, Vincent van Gogh pintó más de 30 autorretratos que nos permiten observar los cambios experimentados por el artista a lo largo del tiempo, en particular en cuanto a su estado anímico.
En este autorretrato se aprecia especialmente bien el juego de Van Gogh con los contrastes: el luminoso color naranja de la barba se contrapone al azul del abrigo, y los tonos rojizos del rostro establecen un diálogo con los ojos verde esmeralda que atrapan al espectador.